Títulos públicos

Dentro de la categoría de renta fija, hay dos activos que resultan de los más conocidos y son utilizados por el Estado para obtener fondos. Se trata de los títulos públicos, concretamente las letras y los bonos.

Dentro de esta categoría “títulos públicos” se encuentran las letras y bonos, soberanos y subsoberanos. Dependiendo su plazo de emisión, pueden considerarse como inversiones a corto, mediano y largo plazo, con alta liquidez y bajos costos de transacción.

Estos instrumentos son emitidos por el Estado (nacional, provincial o municipal) con el objetivo de obtener financiamiento por medio del Mercado de Capitales. Al hacerlo, se presenta un prospecto, donde se señalan todas las condiciones relevantes como: vencimiento, forma de amortización del capital, pago de intereses, moneda, ley aplicable, entre otros. De este modo, desde una primera instancia, el inversor conoce el cronograma de flujos que recibirá y el rendimiento de su inversión. Por este motivo, se vinculan con la categoría de activos de renta fija.

Sin embargo, existe la posibilidad de vender los títulos antes de su vencimiento al precio de mercado, convirtiéndose en una alternativa de renta variable. Es decir, tienen un valor de cotización en bolsa que los convierte en títulos líquidos de fácil realización.

Generalmente, las letras se emiten con vencimientos de hasta un año, siendo de menor plazo en relación a los bonos. Las más frecuentes son las Ledes (Letras a Descuento) y Lecer (Letras Ajustables por CER). Las primeras, se emiten a un precio menor al valor nominal (con un descuento), con lo cual el rendimiento es fijo y se conoce desde el momento en que se adquiere. La amortización del capital invertido se realiza al vencimiento, y no devengan intereses. 

Por su parte, las Lecer ajustan el capital de acuerdo a la variación que presente el CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) a lo largo de la vida del instrumento. Este tipo de títulos brinda cierta cobertura contra la pérdida en el poder adquisitivo del dinero, dado que el coeficiente intenta replicar la inflación. Al igual que las Ledes, el capital se amortiza al vencimiento y no devengan intereses. 

Los bonos, a diferencia de las letras, son instrumentos de mediano y largo plazo. Presentan diferencias en vencimientos, moneda, naturaleza de tasa, garantías, ente emisor, etc. Así, el abanico de opciones es amplio, encontrando bonos en pesos, dólares, euros; con vencimiento a uno, cinco o diez años; bonos a tasa fija o variable; con ajuste de capital por CER o dollar-linked. Este último significa que el capital se ajusta de acuerdo a la evolución del tipo de cambio oficial.

Por último, vale destacar que los títulos públicos pueden ser adquiridos en licitaciones periódicas que realizan las distintas tesorerías, como también en el mercado secundario, mediante transacciones con otros inversores.