Derribando mitos del Mercado de Capitales
“No es para mí” o “es azaroso” son algunas de las concepciones erróneas sobre la Bolsa de Valores. En esta nota responderemos a cinco mitos bursátiles.
16 de marzo de 2021
Por lo general, el Mercado de Capitales es considerado como un lugar exclusivo para expertos y empresas de gran envergadura. Desde TSA Bursátil, continuamente buscamos acercar las distintas herramientas que ofrece el mercado para que personas y empresas puedan optimizar sus finanzas y, a su vez, obtener cierta rentabilidad para cumplir sus objetivos a corto, mediano y largo plazo. Por eso, en esta oportunidad, abordaremos cinco mitos bursátiles:
“Hay que tener mucho dinero para invertir”
No necesariamente. En el Mercado de Capitales se puede comenzar a invertir con un capital mínimo que permita ver cómo evolucionan los fondos de manera eficiente en un plazo determinado. Muchas veces, ese capital mínimo inicial puede ser: ahorros, aguinaldo, herencia, sobrante del mes, entre otros.
Existen diferentes opciones de inversión, de acuerdo al rendimiento pretendido y riesgo que se dispone a asumir. De allí surgen los tres perfiles de inversores: conservador, moderado y arriesgado.
El inversor conservador, por lo general, busca inversiones sin pérdida de su capital. Principalmente resguarda su capital de las variaciones del tipo de cambio y proyecta rendimientos sin asumir grandes riesgos. En este momento, para un inversor de estas características, por ejemplo, recomendamos una cartera 100% dolarizada a través del Dólar Bolsa o MEP.
El perfil moderado o en crecimiento quiere obtener rentabilidad de sus inversiones, pero sin afrontar importantes riesgos. En estos casos, se podría sugerir una cartera conformada por: 30% bonos que ajustan por CER, 30% caución bursátil y un 40% de Dólar Bolsa.
Por último, el inversor arriesgado o agresivo busca el máximo rendimiento posible. En estos casos, sería apropiada una cartera conformada por: 40% CEDEARs, 40% acciones y 20% en obligaciones negociables dollar-linked.
Para derribar este primer mito, entonces, recomendamos comenzar de a poco a invertir en el Mercado de Capitales. Sin urgencias y con el objetivo de ir ganando experiencia y formación, entender cómo funciona el mercado, generar una estrategia y animarse cada vez más.
“Invertir en la Bolsa se puede comparar con apostar en el casino”
Desde ya, invertir no es igual que apostar en el casino. Son dos cosas distintas. En los mercados confluyen inversores que buscan rendimientos basados en un estudio pormenorizado por análisis técnico y fundamentaciones.
En el Mercado de Capitales, al igual que en cualquier negocio, se requiere no sólo un análisis previo sino, también, una estrategia y un método para operar que proteja de los riesgos. Si bien en los mercados la suerte influye, pocos elementos son atribuibles al azar. En un casino, la casa siempre gana a largo plazo. La banca tiene una ventaja matemática sobre el apostador. Apostar es jugar con probabilidades aleatorias en un escenario asimétrico, donde uno tiene más probabilidades de perder y la banca de ganar. En cambio, invertir en el Mercado de Capitales podría entenderse como un juego simétrico, es decir que tienen las mismas probabilidades de ganar como de perder ( 50% y 50%).
“El Mercado de Capitales es complejo, no es para mí o mi empresa”
Esta frase alude a que los mercados no son accesibles para todo tipo de personas y empresas, cuando (como ya vimos) existen estrategias bursátil que se adaptan a los objetivos de cada inversor.
Considerar que el “Mercado de Capitales es complejo e inaccesible” implica una falta de conocimiento sobre las posibilidades que ofrece, que no sucede con las entidades bancarias. Muchos creen que “invertir” es comprar dólares o realizar un plazo fijo. Al igual que al hablar de financiamiento, consideran un crédito bancario.
“Las empresas únicamente se financian emitiendo acciones en la Bolsa”
No es así. Existen distintos tipos de instrumentos de financiamiento que se adaptan a los objetivos de cada empresa. El Mercado de Capitales reúne a quienes disponen de fondos (inversores o colocadores) con aquellos que necesitan financiarse (los llamados "tomadores"). Por lo tanto, un mismo instrumento bursátil permitirá aumentar el capital (invertir) o administrarlo estratégicamente (financiamiento).
Existen herramientas de financiamiento a corto, mediano y largo plazo. Dentro del corto plazo, se encuentran: caución, Cheques de Pago Diferidos, Echeqs, Facturas de Crédito Electrónicas y pagarés bursátiles. En el mediano plazo están las obligaciones negociables y, por último, la emisión de acciones para largo plazo.
“Todos los instrumentos financieros se comportan igual”
Cada instrumento financiero cuenta con sus propias características. Dependiendo de los objetivos de una empresa, se elegirá uno o varios a la vez. Por ejemplo, descontar Facturas de Crédito Electrónicas permite a PyMEs y grandes empresas hacerse de los fondos, generados por sus ventas, de modo anticipado (sin aguardar al vencimiento). Se realiza 100% digital y ágilmente. De manera similar, se negocia el Echeq que simplifica la operatoria y busca tasas de interés muy competitivas.
Para conocer el funcionamiento de los distintos tipos de instrumentos bursátiles para financiamiento, recomendamos consultar a nuestros asesores financieros.
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